jueves, 19 de marzo de 2009

Mañana


Mañana amanecerá con un sol rojizo, y el dormitório estará hipnotizado enteramante por un confuso aroma de rosas, rosas frescas. Mañana será un día totalmente diferente porque tendrás la sensación de haber estado viviendo realmente ese sueño, ese largo sueño de la pasada noche. Y tu alma ya no atesorará esos recuerdos, aunque por alguna razón, sigues encadenada a ellos. Pero tú... tú no eres demasiado fácil de engañar. A veces sí, por eso... :-P, pero no, hay cosas que no, que son demasiado grandes para esconder trás la cómoda de madera. Esos recuerdos que sabes que viviste... pero que no los sientes como parte de tu vida, ni siquiera el recuerdo de ti misma te parece... ya lo sabes. Alguna vez fuiste esa persona, pero los días te acortan la vida y te alargan la memória, y de repente te das cuenta que ha habido demasiadas ocasiones en las que has despertado creyendo no haber vivido nada de eso. Y de nuevo te sucede. Miras con ojos confusos, incrédulos casi, eso que hay en el suelo. ¿Una nota? ¿Una carta? No lo sabes, y en realidad no lo quieres leer. Piensas que tú no te reconoces ni en tu própio reflejo en el agua de ese lago oculto. Y cuándo el tiempo se congela, mantienes fija tu mente en la dirección correcta. Y allí ves esa mirada arcana, que puede ser tan recardgada y natural a la vez.
Pero sigues sin saberlo, crees que hay algo que encierra enigmas a tus preguntas, y quisieras hacerlo desaparecer, pero sabes que no puedes, en el fondo ni siquiera quieres. Sólo deseas saber que están ahí, y que muy, muy en las profundidades las guardas. Y vuelves a preguntarte, cuál de todas esas es tu vida.

La fotografía, cuadro de Munch.

martes, 17 de marzo de 2009

Los sujetos imperfectos


Para todos aquellos que cada día pierden su DNI, porque en el fondo nunca tuvieron seña de identidad.


Para los que buscaban un mensaje subliminal hasta debajo de las piedras, porque en realidad, no lo había.


Para ellos... porque es muy triste creerse más de lo que se és, especialmente creerse más listo. Y porque es más triste aún meter la pata en el lodo. Sin rencores.

sábado, 14 de marzo de 2009

Una puñalada que me ha hecho sangrar


Una mirada, una voz, unos ojos... ya muestran más verdad que unas palabras. Las palabras son como esas palomas hechas de papel: tienen alas pero no pueden volar. Las promesas no se deben de decir, se deben de sellar. Son las que - a menos que el destino lo interrumpa - llegan a materializarse. Mientras escribo esto con un edding 1200 rosa en una posición incómoda (este texto lo escribí a mano ayer viernes por la noche) me doy cuenta que el escozor no me está aliviando, que va menguando y que el verdadero dolor flota sereno en la superfície del alma. No quiero que parezca que escribo esto para actualizar, porque de hecho lo escribí ayer porque lo tuve que hacer sin más, y fue después, a medida que escribía, que pensé en ponerlo en una entrada. Esta vez no ha sido así, no ha sido escrito para el blog, sino que he tenido que escribir esto porque ha surgido de repente, y como consecuéncia de algo que me ha sucedido. Una pequeña y dolorosísima escena de no más de uno o dos minutos. De algún modo, con el dolor, han aflorado las primeras palabras de este texto, de esta entrada. Lo demás ha surgido solo, como un directo de televisión. No es que quisiera dejar constáncia de este momento, pero tampoco quiero guardar dentro más dolor y a la vez olvidar su orígen, su naturaleza. Según lo que suceda con este blog en el futuro, quizá termine perdiendose en las profundidades de la red. Solo puedo terminar, diciendo que este viernes alguien me ha hecho mucho daño. Y me duele más por quién me ha provocado este dolor, que por el dolor en sí. Si esa persona me ha dicho eso, me ha dañado así, ¿que puedo esperar de las demás personas de este mundo? ¿que puedo esperar del mundo?

Estoy muy, muy dolida, y muy triste, y esa no es una descripción que haga normalmente de mí. Triste no es un adjetivo que suela usar para mí misma, otras palabras similares sí, pero triste no. Y por eso sé que es una herida que aunque con el tiempo olvide, con la monotonía de los días, será una herida irreversible.


Texto escrito ayer viernes 14 de marzo de 2009.

martes, 10 de marzo de 2009

Ella era


Escribía poemas de amor que nadie leyó nunca y escuchaba canciones que no existían. Era un ángel en el centro de un mundo atroz, como un niño en medio de un bombardeo. Y se pregunta si se podían curar los corazones heridos.



Pronto volveré totalmente, por estos días que he faltado.