domingo, 21 de diciembre de 2008

Roles previamente adjudicados







A veces me pregunto si realmente existe alguna razón –biológica, instintiva o de cualquier tipo- para que la mujer esté –supuestamente- mejor capacitada para unas cosas y el hombre para otras.

La mujer –mujer estereotipada, claro- tiene un mayor instinto maternal que el hombre. Y esto en todo el reino animal –por lo general, sin entrar en las escasas excepciones-.

Pero eso totalmente lógico: la mujer aguarda a su hijo durante meses, da a luz y es, por tradición, la que lo cría.

El hecho es que la mujer da la vida y eso siempre ha sido y será el poder. El poder en manos de la mujer.

En el Antiguo Egipto, precisamente por eso, eran vistas con suma importancia y respeto. Ellas eran tan importantes como los hombres, y gozaban de las mismas libertades, y los mismos cargos. Ellas no necesitaban un hombre que fuese su tutor.
Sin embargo, con los años, los siglos y los diferentes reinados, la mujer egipcia fue considerada como las mujeres romanas. Perdieron todas sus libertades, derechos y posibilidades, y hasta día de hoy no son más que el eslabón perdido entre la esclava y la sirvienta.

La mayoría de culturas eran –y son- así.

¿Por qué? Siempre hay un por qué, detrás de la mayoría de cosas.

Hoy en día, el motivo se debe a pura tradición anclada. El neomachismo es el diagnostico que reciben los hombres de los países modernos que creen que la mujer es mujer trabajadora, ama de casa y objeto de deseo –en el peor sentido de la palabra- a jornada completa.

No hay sueldos, hay restricciones y disciplinas. Y la mujer debe cumplir.

La mujer como objeto sexual –y vuelvo a decir, que en el peor de los sentidos- no es un invento del porno del siglo XXI ni de las firmas de cosmética-. La mujer es eso desde el inicio de los tiempos.

Aquí y en la China, siempre ha sido así. Las mujeres tienen poder sobre el hombre y sobre la vida. Las mujeres son las verdaderas conductoras y en ellas están los grandes cambios de la humanidad. Los posibles grandes cambios.

Los roles, el de papá y mamá, el de niño y niña, el azul y el rosa, son sólo parte de una sociología predecible que una vez tras otra se incrementa en cada cuento, en cada film infantil.

Para niños y para niñas. Las niñas bebé visten de rosa, y los niños bebé de azul.

Luego las niñas pasan a preocuparse por su belleza el triple que los niños. Ellas se deben a cada detalle de un esplendor inalcanzable.

Y a día de hoy, ¿hay quién se sorprenda de que la celulitis sea un invento francés?

Los roles se adjudican en medida del sexo, antes de que uno nazca.

Pero lo malo del caso, es que el hombre cada vez es menos valiente y patriarcal, y la mujer cada vez es más bella y dulce, a la vez que valiente, patriarcal, maternal…¿hay algo equitativamente repartido?






Y es que sólo las niñas juegan a mamás y a papás.

Entrevista recomendable: http://www.juliaardon.com/2008/09/eliette-abecasis-la-celulitis-es-un-invento-frances-por-luis-amiguet/

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