domingo, 18 de enero de 2009

Las dos caras de una misma moneda: el poeta y la musa.

Éste es el cuento de un poeta pobre y su musa, aún más pobre. Cada noche, el poeta sopesaba los pros y los contras de matar a su musa. Cada día la musa se desvanecía para volver a aparecer por la noche.

La enigmática musa de un poeta muerto de hambre, ¿porqué alguien querría ser la musa de un poeta muerto de hambre?

Hay que ser una infeliz parar serlo y aún más para querer serlo.

Pero hay gente para todo, como ya sabemos.

Dificilmente una poeta muerto de hambre iba a tener a una gran diva de la ópera como musa, pero es que, él iba más allá.

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